La muerte de Miguelón.


Hace unos años, se desenterró en la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos) un cráneo con historia propia. Era el cráneo de un Homo Heidelbergensis y como homenaje a Miguel Indurain, que ese año ganó su primer Giro y su segundo Tour, fue bautizado como Miguelón. Quizá en su época se llamaba Nanuk, Tarzán o "Uro corredor" porque diera caza a un gran Uro... quizá no. Pero el nombre no importa, lo que importa es la información que nos aporta su cráneo. Fue el primer caso registrado de un crimen. Un  crimen prehistórico.

Por lo visto Miguelón, era un Homo Heidelbergensis de unos 35 años de edad, 1,70 metros de altura y unos 95 Kg, un robusto individuo que fue atacado, agredido con una piedra utilizada con violencia por un congénere. Esta herramienta pudo ser un hacha encontrada a la que se le ha dado el nombre de Excalibur. Dicha agresión, provocó el aplastamiento del hueso maxilar y afectó al alvéolo dentario, con rotura de una pieza dental que se infectó y derivó en septicemia, una infección de la sangre causada por bacterias en el torrente sanguíneo. Es una infección grave y potencialmente mortal que empeora de manera muy rápida, y en última instancia fue la causa de la muerte... aunque no por ser rápida, es menos dolorosa.


Miguelón, o como se le conoce científicamente el cráneo número 5, vivió hace unos 300.000 años y su cráneo se puede ver actualmente en el Museo de la Evolución Humana de Burgos (España).
La verdad es que gracias a este descubrimiento, a la información dada, la cueva Sima de los Huesos se ha convertido en una de las más importantes del mundo y el nombre de Miguelón llega a ser tan conocido ya como el de la famosa Lucy.  


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