Pero volviendo al perro, hace un par de años, se descubrió que el perro, se empezó a domesticar mucho antes, hace 31.700 años.
Mietje Germonpré, paleontólogo del Instituto Real de Bélgica de Ciencias Naturales y que ha estudiado los fósiles del perro de 32.000 años comenta: «la forma de los perros paleolíticos es similar a la de los actuales Husky, acaso con unos dientes de mayor tamaño, y una corpulencia más evidente. Tal vez, en ese aspecto, sean más parecidos a los perros pastores de nuestros días. Tenía hocico más corto y un casquete cerebral relativamente más grande que otros perros fósiles y lobos».

Pero las funciones de los antiguos perros no solo eran las de vigilancia, también acompañaban a las cacerías, acechaban a las presas y las rastreaba, buscaban alimento enterrado o servían de animales de carga. Y aun hay más, el perro de Goyet (así es como se nombró al perro de hace 32.000 años), fue el inicio de un proceso histórico que poco a poco fue cambiando hasta producirse en la ganadería. El hombre empezó a entender como poder manejar animales. Aunque hay que tener en cuenta que la ganadería y zoocría no empezó hasta hace 10.000 años.
Por último, hace pocos días Pat Shipman, profesora de antropología de la Universidad estatal de Pennsylvania, sugirió que la domesticación del perro fue una importante ventaja sobre las comunidades Neandertales. Aunque esto último también esta en el aire, de hecho hay evidencias genéticas de que los neandertales también domesticaron perros. Algunos piensan que si los primeros "lobos domesticados" se produjeron de forma espontánea porque rebuscaban entre los restos de comida de los humanos y algún valiente cachorro se acercó lo suficiente para entretenernos, también pudo suceder lo mismo a los clanes Neandertales. En fin, pudo suceder e incluso hay datos genéticos que apuntan a esta dirección... aunque toda información es escasa.