LO QUE NOS DIFERENCIA COMO ESPECIE.



Muchas veces he pensado en aquello que nos hace diferentes a otras especies, pero nunca había llegado a una conclusión clara hasta que leí lo siguiente:

“Una de las grandes diferencias entre el ser humano moderno y todas las formas anteriores radica en la colonización del mundo”(…) “los humanos modernos salieron de África permanentemente hace 50.000 años y colonizaron cada fragmento libre de tierra” , unas palabras que explicaba el Svante Pääbo, un biólogo sueco especialista en genética evolutiva.

Todo quedó claro. Tomemos como ejemplo el Neandertal, es el pariente más cercano y del que más se conoce y por tanto el más indicado para comparar y descubrir las diferencias entre este y nuestra especie. Intentando así extraer las mas significativas y que nos hacen únicos, que nos distingue de todas las demás especies.



Podríamos decir que nuestra especie puede diferenciarse por la capacidad de aprender. Pero eso no es único de los homo sapiens, aunque el nombre (sapiens) haga referencia a esta capacidad. De hecho, no es siquiera una característica del género homo, otros animales con menor volumen cerebral pueden aprender. Un claro ejemplo son los cuervos, que han asombrado a cientos de científicos con su talentosa habilidad de aprender muy rápidamente con un cerebro no más grande que una almendra.

Entonces, quizá, podríamos decir que el homo sapiens es el único capaz de pensar y razonar creando ideas mentales que maneja para comprender y poder amoldar el mundo exterior. Pero el pensamiento no es único de nuestra especie. Se sabe que los Neandertales  también tenían un gran desarrollo en el pensamiento simbólico. De hecho, se sabe que también hicieron pinturas rupestres, que desarrollaron elementos decorativos y diferenciativos o que procedían a rituales de enterramiento o curativos. Todo esto son elementos del pensamiento simbólico.

El habla. Decimos que el lenguaje es hermano gemelo del pensamiento, que la toma de decisiones la hacemos después de un discurso (interno o externo) razonado. Pero existe una forma de pensamiento intuitivo de la cual no somos conscientes del todo. No obstante, y para no irme por las ramas, podemos decir que hay animales que se comunican con cierto lenguaje propio. Pero si afinamos en nuestra búsqueda, podemos afirmar casi con toda seguridad que los Neandertales también eran capaces de HABLAR. De hecho se piensa que el habla apareció antes, se cree que el antecesor común a neandertales y sapiens, el Homo heidelbergensis ya era capaz de hablar. (más sobre el origen del habla)

Entonces, no es el habla, no es el pensamiento simbólico, ni la capacidad de dibujar e inventar, no es caminar a dos patas, ni la habilidad de entender el fuego y poder crearlo. Lo que nos diferencia como especie es el AFÁN, es el anhelo, la decisión, la aspiración o la voluntad. Como queramos llamar a ese impulso que nos empuja hacia adelante.

Nuestro cerebro es imparable, es ávido de más y de más.

Los Neandertales estuvieron en la Tierra unos 250.000 años antes de desaparecer. Vivieron en África, en Oriente Medio y en Europa. Nuestra especie, en estos últimos 15.000 años ha recorrido el mundo entero, ha recorrido todo el continente asiático, bajó hacia el Sur y colonizó las Islas de Oceanía y por el Oeste llegó a América que repobló de norte a sur. Muchos murieron intentando hacerlo, sin la certeza de que después del horizonte oceánico hubieran nuevas tierras. ¿Qué otra especie haría esa locura? De hecho, no solo hemos conquistado el mundo, sino que ya hemos estado fuera de él...



Pero esta curiosidad y atrevimiento imparable es una característica psicológica que se refleja en nuestra mente, cada vez queremos aprender más, saber más y conocer todo lo que podamos. Experimentamos y nos equivocamos para así sacar conclusiones, queremos mejorar nosotros, y nuestra familia. Nuestra mente es imparable y refleja el impulso curioso y conquistador de conocimiento.

La verdadera diferencia de nuestra especie con respecto a otras, es el Afán, es el anhelo, la decisión, la aspiración o la voluntad...




SAHELANTHROPUS TCHADENSIS


Muchos piensan que el Australopithecus fue el primer primate en caminar con las dos patas traseras. Pero realmente, otro lo hicieron antes, como pudo ser el Sahelanthropus tchadensis, un homínido que vivió en el centro de África, hace unos 6 o 7 millones de años.

Es posible que el Sahelanthropus tchadensis, fuera el antecesor del Australopithecus. Y sus características son muy parecidas. Su apariencia sería parecida al chimpancé pero con un recuerdo, un destello a los humanos de ahora. Tenía un arco supraorbital muy prominente, con una dentadura parecida al chimpancé pero con colmillos más pequeños, más parecidos a los nuestros. Un cerebro de 350 cm3 (igual que el chimpancé y unos 150 cm3 menos que el Australopithecus) encerrado en un cráneo pequeño y simiesco.


Cuando hemos dicho que el Sahelanthropus tchadensis pudo ser el primero en andar de forma bípeda, resaltamos la palabra "pudo" porque no es del todo seguro. La cantidad de fósiles encontrados no son suficiente para asegurarlo rotundamente. Hasta la fecha, únicamente se han encontrado los huesos del cráneo, y en principio, así sería difícil decir si es bípedo o no. Pero el agujero occipital, donde se inserta la columna vertebral, está bajo, en la parte inferior del cráneo, señal de que este antecesor nuestro, era bípedo.

Otro dato que cabe destacar del descubrimiento del Sahelanthropus tchadensis, es que la divergencia entre chimpancé y humanos, se produjo hace 5 millones de años, ya que el Sahelanthropus fue un antecesor común a los dos.

En fin, poco más se sabe de este antepasado nuestro. Quizá podemos deducir que su dieta era principalmente vegetariana... sino tiene colmillos, a animales muy grandes no podría cazar... digo yo. Por otra parte, el clima y la vegetación no cambió mucho desde la aparición del Sahelanthropus tchadensis hasta la aparición del Australopithecus también podemos imaginar que no era más grande, quizá más pequeño ya que tenía una capacidad menor. Por tanto, la estatura del Sahelanthropus tchadensis apenas sobrepasaría el 1,20 metros.

Por cierto, hace unos años, se descubrió lo que se cree un fémur de un individuo. Pero no es seguro.


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