CUANDO EMPEZAMOS A HABLAR.

Cuando decimos hablar, no nos referimos únicamente a la capacidad de reproducir sonidos como un loro. El habla tiene una función más compleja que la de emitir sonidos diferenciados; lo más importante es que transmita significados y esto quiere decir que es necesario tener un desarrollo avanzado del pensamiento simbólico y un desarrollo del sistema vocal bien desarrollado.

Para poder hablar, necesitamos pues dos cosas: Manejar ideas complejas y comprensión del lenguaje, y el aparato fonador.
Por una parte, para manejar las palabras, para saber el significado y poder entenderlas y reproducirlas es necesario que se desarrollen dos áreas concretas del cerebro íntimamente ligadas al lenguaje, estas son el área broca y wernicke.

Se ha comprobado ( no sé muy bien cómo lo han hecho) que estas áreas fueron lo suficientemente desarrolladas para permitir la comunicación verbal a partir del Homo heidelbergensis, hace 600.000 años. Anteriormente los sonidos, gruñidos, contacto físico, etc... era la única forma de comunicación.

Para que el habla, la producción de sonidos y jugar con ellos de forma que se diferencien y se entiendan correctamente para la construcción de una lengua, aunque sea sencilla; necesitamos que laringe, faringe y lengua trabajen al mismo tiempo. Para que esto ocurra, es indispensable que la laringe esté en una posición "baja" con respecto a las otras dos. En el desarrollo evolutivo del hombre, esto no se da hasta, como no, el homo heidelbergensis, aun así, se piensa que no fue hasta el Hombre de Neandertal cuando se desarrollo totalmente para tener un lenguaje completo como podría ser el nuestro. Anteriormente, ni el Ergaster, ni el Habilis, ni el Erectus, etc... ninguno tenía la posición adecuada de la laringe para permitirle hablar tal y como lo entendemos nosotros, y la reproducción de sonidos silábicos era imposible para estas especies.


Esto último es curioso, y ahora os explico por qué. Cuando somos bebés, nuestro sistema vocal no esta del todo desarrollado. De hecho, por su posición se asemeja más a un Australophitecus o al de un simio, en el sentido en que la laringe se encuentra en una posición alta en comparación a la de un adulto. Esto es una característica de los bebés hasta los 2 años que les permite, mientras maman, respirar y tragar leche al mismo tiempo... !cuanta inteligencia hay en la evolución eh?!



EL HOMO RHODESIENSIS: CARACTERÍSTICAS.

Cuando queremos saber más sobre nuestra especie, miramos hacia atrás, hacia los Neandertales, ya que esta fue la última especie en desaparecer de la Tierra y además la compartió con nosotros durante miles de años.

Pero quizá, nuestra atención debería dirigirse hacia otro lado, a otro individuo del género Homo, el Hombre de Rhodesia u Homo Rhodesiensis. Este es nuestro antepasado directo y está, evolutivamente hablando, más cerca de nosotros que el Homo neanderthalensis. Os pongo una imagen que ilustra el árbol evolutivo del hombre.


Ya hablamos del Homo Rhodesiensis cuando indicamos que fue la primera especie que pudo construir herramientas compuestas, ENLACE. No solo podía golpear con una piedra, sino que fue el primero en atar una piedra bien elaborada a un palo para así tener más fuerza. Por tanto, hablamos de un pensamiento capaz de manejar ideas, de jugar con ellas, quizá incluso más que el Neandertal. Lo característico de sus herramientas era su elaboración compleja, su detallada delicadeza a la hora de fabricarlas. Tomamos por ejemplo el caso de la lanza, que se piensa fue la primera especie en poder fabricarlas.

El Hombre de Rhodesia, apareció hace 650.000 años y desapareció hace aproximadamente 150.000 años. De ellos surgimos los Homo sapiens. Cierto es que entre el Homo Rhodesiensis y el Homo sapiens, podemos encontrar al Homo sapiens idaltu, pero de este hay tanta controversia entre si es una especie diferente, o una subespecie o un Homo sapiens pero con una morfología un poco peculiar, que lo mantendremos apartado hasta que los expertos se aclaren.

Otra de las características del Homo Rhodesiensis es que su capacidad craneal era casi la misma que la de un humano de actual. Por ejemplo, si midiéramos los cerebros de muchos individuos de nuestra especie nos saldría una media de 1400 cc (algunos pasarían esta medida y otros se quedarían cortos), la capacidad craneal del Homo Rhodesiensis era similar, entre 1250 y 1350, pero seguramente habría individuos que la superarían.


Físicamente, este antiguo homo era un poco más grande que nosotros. Si por ejemplo la media del Homo sapiens es de 175 cm (ahora será más por la mejor alimentación), la del Homo Rhodesiensis superaría los 180 cm. Si lo viéramos nos parecería un hombre grande y fuerte, con una cara alargada y más grande, en proporción, que la nuestra. Tendría unos pómulos marcados, una gran dentadura y una frente algo huidiza. También veríamos la mandíbula bien marcada aunque sin el mentón tan acentuado como el nuestro, y la forma de la cabeza sería menos "globosa" y más alargada, el hueso occipital sobresalía hacia atrás.

El hombre de Rodhesia recibe este nombre porque sus huesos fosilizados se han encontrado en África, en Zambia, antiguamente a la zona donde fue descubierto se le llamaba Rhodesia. Fue coetaneo del Homo heidelbergensis, que vivía principalmente en Europa y forma parte de la linea evolutiva del Homo neanderthalensis.


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