El fuego en sus orígenes fue no solo para protegerse del frío o de los animales. El control de este trajo consigo la mejora de la agricultura y la efectividad en la caza.
Por ejemplo, los aborígenes australianos emigraron desde algún punto de Asia hace entre unos 60.000 y 40.000 años, en un periodo caracterizado por un descenso del nivel del mar, que dio lugar a la existencia de un puente de tierra casi continuo entre los dos continentes. Estos primeros australianos fueron fundamentalmente pueblos nómadas cazadores-recolectores, que sobrevivieron y se multiplicaron gracias al profundo conocimiento del territorio, la flora y la fauna, así como a las condiciones climáticas. El fuego y las cenizas resultantes de la quema de las tierras fueron para ellos un medio para aumentar la fertilidad de los pastos; así atrajeron a los canguros y otros animales de caza. Pero no acaba ahí, el incendio de grandes terrenos provocaba la muerte de animales que quedaban atrapados en ellos así como la estampida de otros animales hacia las zonas en las que los cazados esperaban a estos.
Se piensa que la quema de grandes superficies australianas provocadas por el hombre cambió el paisaje a uno más desierto, tal y como lo conocemos ahora.

Imagen de aborígenes australianos capturados por los colonizadores ingleses en 1788. Prefiero no comentar nada sobre la soberbia de los pueblos "civilizados".
Por ejemplo, los aborígenes australianos emigraron desde algún punto de Asia hace entre unos 60.000 y 40.000 años, en un periodo caracterizado por un descenso del nivel del mar, que dio lugar a la existencia de un puente de tierra casi continuo entre los dos continentes. Estos primeros australianos fueron fundamentalmente pueblos nómadas cazadores-recolectores, que sobrevivieron y se multiplicaron gracias al profundo conocimiento del territorio, la flora y la fauna, así como a las condiciones climáticas. El fuego y las cenizas resultantes de la quema de las tierras fueron para ellos un medio para aumentar la fertilidad de los pastos; así atrajeron a los canguros y otros animales de caza. Pero no acaba ahí, el incendio de grandes terrenos provocaba la muerte de animales que quedaban atrapados en ellos así como la estampida de otros animales hacia las zonas en las que los cazados esperaban a estos.
Se piensa que la quema de grandes superficies australianas provocadas por el hombre cambió el paisaje a uno más desierto, tal y como lo conocemos ahora.
Imagen de aborígenes australianos capturados por los colonizadores ingleses en 1788. Prefiero no comentar nada sobre la soberbia de los pueblos "civilizados".