Australia y el fuego prehistoricos.

El fuego en sus orígenes fue no solo para protegerse del frío o de los animales. El control de este trajo consigo la mejora de la agricultura y la efectividad en la caza.

Por ejemplo, los aborígenes australianos emigraron desde algún punto de Asia hace entre unos 60.000 y 40.000 años, en un periodo caracterizado por un descenso del nivel del mar, que dio lugar a la existencia de un puente de tierra casi continuo entre los dos continentes. Estos primeros australianos fueron fundamentalmente pueblos nómadas cazadores-recolectores, que sobrevivieron y se multiplicaron gracias al profundo conocimiento del territorio, la flora y la fauna, así como a las condiciones climáticas. El fuego y las cenizas resultantes de la quema de las tierras fueron para ellos un medio para aumentar la fertilidad de los pastos; así atrajeron a los canguros y otros animales de caza. Pero no acaba ahí, el incendio de grandes terrenos provocaba la muerte de animales que quedaban atrapados en ellos así como la estampida de otros animales hacia las zonas en las que los cazados esperaban a estos.

Se piensa que la quema de grandes superficies australianas provocadas por el hombre cambió el paisaje a uno más desierto, tal y como lo conocemos ahora.



Imagen de aborígenes australianos capturados por los colonizadores ingleses en 1788. Prefiero no comentar nada sobre la soberbia de los pueblos "civilizados".

El hombre prehistórico, la extinción de las especies y el cambio climático.


El hombre fue el principal agente de la extinción de los grandes animales durante la prehistoria y no el cambio climático, asegura un estudio divulgado por la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences". 12/08/2008

El estudio, realizado por científicos británicos y australianos, indica que la principal evidencia son los gigantescos canguros y otros marsupiales que habitaron la isla de Tasmania, conectada entonces con el sur de Australia a través de un puente natural.

Se creía que hace unos 43.000 años, cuando el hombre llegó a la isla, esos grandes animales se habían extinguido, lo que le exculpaba de haber participado en su extinción.

Sin embargo, el estudio, que utilizó las últimas técnicas del radiocarbono, constató que los gigantescos canguros de Tasmania todavía existían cuando los seres humanos comenzaron a poblar la región.

Especies empujadas a su fin

Los resultados demostraron que esos animales sobrevivieron hasta hace por lo menos 41.000 años y unos 2.000 años después de que se instalaran los primeros asentamientos humanos.

Como el clima de Tasmania no cambió de forma dramática en ese tiempo, los investigadores han indicado que ello es una evidencia más de que esas especies fueron empujadas a la extinción, debido a una cacería excesiva realizada por seres humanos.

"Se ha debilitado de manera considerable el argumento de que el cambio climático fue la causa de una extinción masiva", señala Chris Turney, científico de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autor principal del estudio.

Los investigadores manifiestan que el ejemplo de Tasmania es aplicable a otras partes del mundo.

Estas conclusiones sobre la participación del hombre prehistórico en la extinción animal deberían aclarar su papel y el del cambio climático en otras islas, como las británicas, indican los científicos.

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